Aparatos

Esqueleto del gato

El gato presenta un esqueleto con 244 huesos aproximadamente que se extiende a lo largo de su columna vertebral hasta el extremo final de la cola. Este número de huesos no es fijo ya que hay alguna raza de gatos como el Manx que tiene alguno menos. El tejido óseo del gato es muy flexible y esto le convierte en un animal increíblemente ágil para moverse y saltar. E incluso su cola puede adoptar cualquier posición. Las clavículas no están unidas de forma rígida a otros huesos, sino que están unidas a los ligamentos y músculos confiriéndole una gran movilidad en sus patas delanteras.

El cráneo del gato es grande y con mandíbulas fuertes. La dentadura está formada por 30 piezas y tienen un gran desarrollo de los colmillos para atrapar presas.
Los gatos caminan sobre las puntas de los dedos y poseen cinco garras en las patas delanteras y cuatro en las traseras. Tiene las uñas retráctiles y muy afiladas para poder escalar, defenderse y marcar su territorio.

Aparato digestivo

El buen funcionamiento del aparato digestivo es esencial para el bienestar y salud general del gato. En su tracto gastrointestinal reside la microbiota, esas bacterias beneficiosas que contribuyen a un correcto procesamiento de los alimentos y nutrientes. Por eso una adecuada alimentación con piensos de calidad es fundamental para preservar la salud digestiva. Debe contener todos los componentes nutricionales necesarios, los ácidos grasos específicos y la cantidad de proteínas indispensables. Además debe tener un contenido en grasa adecuado que no sature el hígado y provoque alguna enfermedad hepática en el gato.

Aparato circulatorio

El sistema circulatorio de un gato es muy importante porque es la base para obtener esa gran energía que les caracteriza. Al conectar el corazón con los pulmones por medio de una arteria se logra una oxigenación mayor. Al corazón y órgano principal de este sistema hay que prestarle una especial atención cuando el gato se hace mayor. Puede sufrir una de las afecciones más comunes en gatos, la miocardiopatía hipertrófica. Esta enfermedad es progresiva y aparece en edades avanzadas. Aunque no tiene cura se puede frenar la evolución con un tratamiento veterinario profesional y de confianza.

Aparato respiratorio

Las vías respiratorias de los gatos se dividen en un tracto superior y en otro inferior. El organismo felino está eficazmente adaptado para un aporte de oxígeno en tiempos breves y así poder realizar movimientos rápidos que necesitan ese incremento del flujo respiratorio indispensable.


Aparato urinario

Una parte fundamental del la anatomía del gato son los riñones que se encargan del filtrado de la sangre y de eliminar las sustancias tóxicas a través de la orina. Estos órganos necesitan un cuidado y una revisión habitual porque los problemas renales son muy frecuentes en gatos.

Otro de los órganos más vulnerables de los gatos es la vejiga que también necesita de su examen periódico para evitar ciertos trastornos muy comunes como la formación de cristales, cálculos urinarios e infecciones como la cistitis idiopática.

La piel y el pelo de los gatos

La función más importante del pelo y de la piel del gato es protegerlo del calor y del frío. La piel de la mayoría de los gatos está cubierta por pelo a excepción de razas como el sphinx o el elfo que tienen una fina capa de pelo casi imperceptible. En la barbilla, sienes y la cola tiene las feromonas con las que deja su olor al frotarse para comunicarse con los demás animales. Además en su piel existen glándulas sebáceas que producen una grasilla esencial para tener su pelaje brillante, sedoso y limpio.

Las patas están recubiertas de almohadillas acolchadas y fuertes para protegerle de los objetos que al pisar puedan provocarle alguna herida y de las temperaturas del suelo.


Fuente: Gatopedia. La anatomía de un gato. Recuperado de: Gatopedia, la Web de Gatos y Felinos













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